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Rápidas de construir, ecológicas y económicas, cada vez más ciudadanos optan por ellas
En un mundo en el que el metro cuadrado de vivienda cada vez es más costoso, las casas prefabricadas se erigen en la solución ideal para muchos ciudadanos. Sus ventajas son múltiples y hacen furor en toda Europa y en otros países del mundo como Estados Unidos.
Las casas prefabricadas en España
En nuestro país, las casas prefabricadas pueden representar la solución ideal ante un mercado inmobiliario en progresión ascendente. Todos los analistas coinciden en que el precio de las casas no cesará de subir en los próximos meses, alcanzando niveles similares a los años anteriores a la gran crisis económica.
Frente a ello, las casas prefabricadas se convierten en una solución alternativa con muchos puntos positivos. Los más conocidos son su coste, mucho menor que las casas tradicionales, así como la rapidez de construcción, pero hay más. Las casas prefabricadas son más ecológicas y se transportan con facilidad de un lugar a otro. Su consumo de energía es mucho menor que el resto de viviendas y no contaminan.
En España, la demanda de casas prefabricadas se ha triplicado en los últimos años pero ¿ocurre lo mismo en otros países?
Las casas prefabricadas en Europa
El resto de Europa no es una excepción, compartiendo una tendencia ascendente que se debe tanto al precio de los pisos como a la falta de espacios libres en algunas grandes ciudades.
Además, las casas prefabricadas pueden constituir una gran idea para los españoles que desean vivir en el extranjero. En Austria, el país donde es más fácil conseguir la residencia, es muy habitual encontrar confortables casas prefabricadas en zonas rurales y en plena naturaleza. La cifra de casas prefabricadas en la zona de Baja Austria ha superado en los últimos años el 40% del total de viviendas. Muchas de estas casas prefabricadas cuentan con instalación de luz, agua y calefacción incorporadas.
El origen de las casas prefabricadas
Para comprender el “boom” de las casas prefabricadas hay que remontarse a sus orígenes, en el siglo XIX. Las primeras viviendas de este tipo nacieron en Gran Bretaña, al calor de la Revolución Industrial. El carpintero británico fabricó la primera en 1830. Pronto se convirtieron en un éxito, sobre todo para los ingleses que emigraron a las colonias británicas.
Ya en el siglo XX, las casas prefabricadas transportadas se convirtieron en las favoritas de muchos norteamericanos. Los más pudientes las elegían por catálogo como segunda casa.
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