¿Para qué sirve tener un certificado energético?

A la hora de hacerte una casa, está muy bien que mires de forma concreta el gasto de toda la parte de construcción, pero no debes olvidar el coste que supondrá durante la vida útil, ya que en esa futura casa quieres vivir muchos años, y si sumas todos los recibos de gas y electricidad que pagarás, seguramente no sea una cantidad que debas menospreciar.

Por tanto, al igual que haces cuando te compras un coche, es importantísimo que sepas cuánta energía consumirá esa casa y tratar de reducir este futuro gasto.

Es por eso que te aconsejamos que obtengas tu certificado energético a través de un estudio detallado de tu proyecto, que te será de gran ayuda a la hora de optimizar este gasto. Trataré de explicarte en qué consiste, sin agobiarte con aspectos técnicos.

¿Qué es realmente este certificado energético?

Básicamente, es un estudio de radiación solar que recibirá la casa teniendo en cuenta el diseño, la posición geográfica exacta y el clima local. Así, sabemos la demanda energética que requerirá para que, tanto en invierno como en verano, disfrutes de una temperatura de confort en el interior.

Una vez conocido este dato, se pueden hacer modificaciones de diseño (cambiar el tamaño de ventanas, añadir voladizos o porches, añadir aislamiento, etc.), que ayuden a reducir esta necesidad.

Cuando tenemos la necesidad energética optimizada, se estudia cuál es el sistema de climatización más adecuado. Esto ya se traduce en un primer gran ahorro económico, ya que instalarás sólo lo que necesitas, y en un gran confort, porque te asegurarás que no pasarás frío o calor.

Ventajas de haber obtenido el certificado energético

Después, estarás viviendo en una casa eficiente, que consumirá sólo por lo que necesita, donde pagarás mucho menos para calentar o para refrigerarla. Y viendo el continuo incremento de precios de recibos de energía, invertir en eficiencia es una decisión muy inteligente.

Este estudio te permite obtener el certificado energético “A”, actualmente el más eficiente, lo que aporta un valor añadido a la casa. A partir de marzo de 2014 (o sea, ya), se exigió a los nuevos edificios que obtengan un certificado energético “B” como mínimo, y como máximo en 2020, se pedirá un certificado energético “A”.